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Capítulo 19.

La pierna de Jimin cayó sobre los muslos de Jungkook. El sol golpeaba contra sus rostros, resaltando el tono dorado en la piel del alfa. Los dedos del omega pasaron sobre el vello en el pecho del contrario, contorneando la forma de sus tatuajes.

Dejó un beso en el pectoral de Jungkook antes de sentarse en la cama. Arrastró sus ojos por toda la habitación buscando su ropa interior o alguna ropa para ponerse.

—Tenemos un hijo, huir por la mañana no te ayudará en nada.

Jimin sonrió cuando sintió la mano de Jungkook acariciarle su desnuda espalda. Los rasposos dedos del alfa pasaban sobre los músculos del omega.

—Siempre arruinas todos mis planes —bromeó.

—Lo sé.

Jungkook se sentó, colocando sus piernas a los costados de Jimin y sus manos sobre su estómago. Dejó un beso en el hombro izquierdo del omega y este, por instinto, recostó su espalda contra el pecho del castaño.

—Estoy tan cansado —recostó su cabeza en el hombro de Jungkook.

—Que halago.

—No era un halago.

—Lo voy a tomar como tal.

Jimin rio y se desenredó de los brazos de Jungkook para poder levantarse. Agarró los mismos boxers que había utilizado la noche anterior —ya que en la nueva casa no había ropa para él— y se colocó encima una remera blanca que encontró en la mochila de Jungkook y unos pantalones de jean negros.

El mayor salió del baño de la habitación con el cepillo de dientes entre sus labios. Al contrario de Jimin, el alfa tenía puesto unos pantalones deportivos gris a modo de "pijama".

—Recién me llamó Jack, dice que en unos minutos viene.

—¡Genial! Espero que Jun se haya portado bien con él.

—Bueno, Jack acompañó el mensaje con un "y de paso te llevamos a tu hijo diablo"... si, seguro que se divirtieron.

Jimin se carcajeó mientras ingresaba al baño para poder hacer sus necesidades e higienizarse. Se observó frente al espejo, su cabello estaba hecho un desastre, pequeños rizos se escapaban de su peinado y sus clavículas estaban cubiertas de pequeñas marcas moradas.

Jimin pasó la yema de sus dedos sobre los moretones y sonrió recordando la noche anterior. Lavó su cara, cepilló sus dientes y salió encontrándose a Jungkook recostado en la cama con el celular entre sus manos. El omega acarició el estómago del alfa para atraer su atención.

—Levántate, estoy aburrido.

—No soy tu payaso, cariño.

Jimin marcó un puchero en sus labios, Jungkook se sentó agarrando entre sus manos la cintura del omega y atrayéndolo hacia él. La boca del alfa quedó pegada al estómago de Jimin y las manos del ojiverde se enredaron en el castaño cabello de Jungkook.

—No pucheros —Jimin sacó aun más su labio.

Las manos de Jungkook comenzaron a picar por todo el torso de Jimin, dejando cosquillas a su paso. El ojiverde trataba de zafarse pero le era imposible ya que el castaño tenía sus piernas aprisionadas.

—Dios, Jungkook... —las palabras de Jimin salían entrecortadas.

Aunque el omega jamás se sintió tan aliviado como cuando el timbre sonó y Jeon, finalmente, dejó de hacerle cosquillas.

—Salvado por la campana.

—Es un timbre —dijo Jimin antes de cruzar corriendo la puerta de la habitación.

Jungkook sonrió mientras negaba con la cabeza y seguía al rizado hasta la entrada.

—¡Hola, pimpollos!

Jackson saludó luego de que Jimin le haya abierto la puerta. Hana, la omega de Jack entró dejando el bolso de Junseo a cargo de Jimin.

—Acá les dejo a su pequeño demonio apodado Junseo.

Jungkook tomó al niño apretujándolo entre sus brazos mientras Jimin acariciaba la espalda del niño.

—Jungkook, necesito hablar contigo —dijo Jackson—. En privado.

—Claro. Jim te dejo a Jun.

—Si, amor —el rostro de Jimin mostraba confusión.

El alfa dejó un último beso en las mejillas del pequeño y lo sentó a un lado de Jimin y Hana.

Ambos alfas se dirigieron a la habitación principal, Jungkook se sentó en una silla, Jack apoyó su mochila en la cama y sacó un sobre.

—Encontré el lugar donde trabaja Siwon —se giró entregándole un papel.

—Cada día estoy más sorprendido y asustado de tus capacidades de espionaje —ambos rieron.

—Jungkook... —llamó la atención del alfa—. Él tiene familia. Tiene hijos y una esposa.

—¿Si tiene una familia por qué molesta a la mía?

—Por esto.

Una carpeta se posicionó sobre los muslos de Jungkook. El castaño acomodó los papeles y los leyó lentamente.

—Lo voy a asesinar. Lo juro.

—Puedes hacer algo mejor.

—¿Qué?

—Dios Jungkook, no sabes nada de venganza. Eso pasa porque siempre te quedabas dormido cuando mirábamos CSI.

—Ese programa es una mierda.

—Tú eres una mierda. Como sea, somos abogados Jeon, chasqueamos los dedos y lo dejamos destrozado.

—Si toca a mi hijo o a mi omega de nuevo, no te voy a dar tiempo de chasquear los dedos.

—Sabes que si toca a Junseo o Jimin podemos tomar otras medidas —levantó sus hombros.

—Vamos. Se van a enojar si desaparecemos tanto tiempo.

Jungkook guardó los papeles dentro del closet y se giró, su amigo lo miró con sus cejas levantadas.

—Por favor, sal del closet. Suficiente tuve con aguantarte en tu adolescencia ahí adentro.

—Eres tan imbécil.

✧✦✧

—Papá —Junseo estaba sentado sobre la mesada de la nueva casa.

—¿Si, amor?

Jungkook miró al niño rápidamente y volvió a su trabajo de cortar verduras.

—¿Tú nos vas a dejar solos como Won?

Jungkook soltó el cuchillo lentamente y se giró, con sus ojos clavados en el pequeño que comía un trozo de zanahoria.

—Papá te va a levantar —avisó antes de tomarlo por las axilas y hacer que enganche sus pequeñas piernas en su cintura.

—Los extrañé anoche.

—¿Tuviste pesadillas?

—Poquitas —dejó un beso en la mejilla de Jungkook—. Tío Jack me cuidó toda la noche y jugó conmigo.

—Que bueno, pequeño. Ya va a llegar la noche que puedas dormir sin pesadillas —Junseo asintió con entusiasmo—. No me voy a ir, Jun. No los voy a dejar.

—¿Seguro, papi?

—Si, pequeño. No te voy a dejar solo.

—Te amo mucho.

—Yo también te amo, cielo.

—Extraño a mami, ¿dónde está?

—Está comprando más comida —se acercó para susurrarle al oído a Junseo—. Y le dije que comprara helado.

—¡Si, helado!

—Pero esto es un secreto no se lo puedes decir a nadie.

Los deditos de Junseo se posaron sobre sus propios labios simulando un "sh". Jungkook dejó un beso en la frente del niño.

✧✦✧

La puerta de entrada fue abierta y Junseo corrió con entusiasmo hacia su madre. El omega alzó al pequeño y dejó besos en el cuello de su hijo.

Jungkook se paró en el final de las escaleras mirando a Jimin lanzando al aire a Junseo.

—¡Mamá, helado!

—¿Qué, hijo?

—Papi dijo que ibas a traer helado.

Jimin alzó su rostro y chocó sus ojos contra el alfa. Jungkook, fingió demencia literalmente, se giró buscando con sus ojos a alguien inexistente.

—Yo no dije nada, seguramente Junseo tiene otro padre.

—No tengo otro papá, tú dijiste eso.

—¡Junseo! Pequeño niño mentiroso.

—Jungkook... —lo regañó Jimin.

—Saben, no me gusta cuando mienten.

Jungkook cruzó toda la sala haciendo una gran —exagerada— salida dramática.

—Tu padre es un mentiroso —Junseo escondió su rostro en el cuello de su madre.

—¡Si! —exclamó sonriendo—. Alfa mentiroso.

—¡Los escuché! —gritó Jungkook desde la cocina.

—¿Vas a venir a hablar sobre el asunto del helado? —respondió Jimin.

—Em no... —asomó su cabeza por la puerta—. Solo le voy a enseñar a mi hijo a ser un buen confidente —ambos rieron.

—Mami... ¿qué es confidente? —el ceño fruncido se hizo presente en el rostro de Junseo.

Jimin largó una fuerte carcajada acariciando los pómulos de su bebé.

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